Fiat Lux

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Portraits of a captive, five-month-old mandrill in Malabo. Its mother was most likely killed by a hunter on Bioko. That’s the usual way that young primates are collected.

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Gladys, a six-week-old western lowland gorilla (Gorilla gorilla gorilla) at the Cincinnati Zoo. (Joel Sartore/www.joelsartore.com)

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A mí que no me digan, pero este Papa no parece Papa, ¡y esto es un elogio! Y es un elogio porque que entre cristianos (fraternales hermanos) haya un Papa es tan absurdo como que entre ciudadanos de una democracia haya un rey. No se concibe. Como no se concibe la distinción entre almas hembras y almas machos, en orden a la diferente consideración de calidades eclesiásticas y estimaciones canónicas.

Otra cosa es entre católicos, porque en definitiva estos son herederos del Imperio romano, que estaba aclimatado a Roma y no al Mar Muerto, y ese Imperio tenía un césar (que nunca fue mujer), un palacio y un cetro que, según se terciara, podía incluso servir para machacar cráneos, de ahí que luego algunos Papas vistieran la armadura y cabalgaran junto a soldados de fortuna y matones a sueldo, matando y saqueando todo lo que se ponía por delante. Su especialidad eran las juderías. Llenas de “deicidas” de todas las edades, sexo, y condición. De ahí que hubiera que responder con “sacrificios humanos” a la brasa, para aplacar al dios muerto. Algo parecido a lo que practicaban los salvajes del Nuevo Mundo.

El cambio de las zapatillas púrpuras de Benedicto XVI (Gran Inquisidor) a los zapatones marrones de Francisco (ecologista convencido), ha hecho mucho bien a la estructura vaticana en su proyecto último de disolverse en comunidad ecuménica y ecológica, con abandono de palacios y joyas, tráficos financieros (nada claros) y Mercedes Benz, como primer paso de la vuelta al campo y al Monte de los olivos.

Por allí debe andar todavía Jesús de Nazaret, esperando, “entre las azucenas olvidado”.

Empezó este Papa poniendo en solfa el capitalismo que tanto adoran y alaban socialistas y liberales de postín (Nomenklatura obliga). Y sin perderle el hilo al asunto atacó el tema de los pobres y desheredados de la tierra, enmarcándolo en la trama desregulada de la plutocracia, que ha abierto como nunca antes un abismo entre seres humanos, llevándose por delante en pocos años, derechos, dignidad humana, planeta, y democracia, para plantar paraísos fiscales y sociedades pantalla, donde antes había árboles y ciudadanos.

¡El capitalismo mata y envenena! ¡El capitalismo descarta seres humanos para cuadrar cifras macroeconómicas! Una gran verdad que Francisco ha proclamado con valor, mayor que el de muchos sedicentes “progresistas”.

Incluso se puede hablar de los nuevos evangelistas de esa verdad: Sebastiao Salgado (Genesi y Contrasto), Yann Arthus Bertrand (Human), Joel Sartore (National Geographic Photo Ark)…

Siguiendo esa pista, con muy buen olfato, ha llegado Francisco a la cuestión ecológica, que tiene antecedentes en la poesía evangélica y en un santo de su mismo nombre: San Francisco de Asís. Cuestión ecológica que, sin duda, desborda todas las previsiones al uso del libre mercado, más corto de miras que un tendero de pueblo.

Sin embargo, la encíclica «Laudato Si», con ser tan juiciosa, bienintencionada, y oportuna, incurre en errores antropológicos de bulto (nadie es infalible), atrapada y obligada por un imperativo de continuidad doctrinal que desenfoca y confunde el lugar del hombre en la tierra, causa en gran medida del desastre actual. Es mi opinión, tan falible como todas las demás.

En este sentido, algunas filosofías y antropologías orientales, son mucho más sensatas y sabias, aunque Occidente y su ideología única las está corrompiendo.

Así como la «Donación de Constantino» (Donatio Constantini), fue una falsificación documental para justificar y explotar el poder temporal de la Iglesia, la supuesta donación del mundo al hombre por parte de Dios, es una apropiación indebida de consecuencias deletéreas.

Sobre las paredes de la Basílica de San Pedro, sobre los símbolos del poder temporal, ha proyectado ahora Francisco, como para borrarlos, las imágenes de la Tierra y de la Vida que alberga (Salgado, Arthus Bertrand, Joel Sartore…), de la que el hombre, junto a las plantas y otros animales es un capítulo más. Un capítulo extraño, quizás incluso extravagante, destinado probablemente a auto aniquilarse o cerrarse en falso, pero un capítulo en continuidad y simbiosis ecuménica con el resto del relato.

Otra cuestión es que significa esta historia. Y otra cuestión es que la Iglesia vaya a renunciar al poder temporal (una profecía con licencia para fallar).

En cualquier caso: FIAT LUX: Iluminando nuestra Casa Común. Hágase la luz sobre la belleza de la Creación.

Posdata: Fiat Lux: Illuminating Our Common Home – 2015.12.08https://www.youtube.com/watch?v=Wrkkyw1D7KA

 

Publicado el 12 diciembre, 2015 en Artículos, Enlace y etiquetado en , , , , , , , . Guarda el enlace permanente. 1 comentario.

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