PATRIOTAS «A LA VIOLETA» Y GOLFOS «CON OFICIO»

Acongoja y encoge tener que enfrentarse al concepto «patria» entre las ondas fantasmales de un universo cuántico y en expansión, pero en definitiva estamos atrapados en un nivel existencial muy por debajo de nuestros conocimientos, nuestra ciencia camina por delante de nuestra carne, y hay que estar a la altura de las circunstancias, aunque estas sean bajas y de andar por casa.
¡Primum vivere deinde philosophari! Esa es nuestra servidumbre sublunar.

En esto nos llevaba ventaja Millán Astray, el novio más feo de la muerte, que por falta de luces o por exceso de alcohol nunca tuvo que mirar cara a cara al gato de Schrödinger, más inquietante e imprevisible que cualquier masón armado de escuadra y compás.

Y es que hay que estar muy distraído, muy ciego y muy ajeno a la realidad de la patria, o por el contrario muy puesto en el «oficio» patriótico, para siendo encumbrado responsable de la garita financiera, no enterarte (ni darte por enterado) de que algunos de tus bancos fieles al bien común (que ese es el fin del patriotismo) están colonizados por los capos de la mafia cosmopolita, los señores de la droga internacional, los traficantes de armas de todas las guerras, los políticos corruptos y demás apátridas, los cuales ajenos e indiferentes al respeto de tus fronteras utilizan tu solar nativo para desaguar (mierda sin agua va), lavar sus inmundicias y orear sus crímenes de oro y sangre, aprovechando que se les deja y se les consiente, cuando no se les anima.

De manera que tienen que venir los americanos, de paso por el pueblo de Berlanga (que aún tiene mucho que hacernos reír), a poner orden y a liberar esa parcela de nuestra patria patriótica expulsando de ella a los ladrones sin patria, porque los que piden y reclaman patriotismo de cara a la galería y por propaganda electoral, duermen la siesta de los bien pagaos y no se enteran.

Entre otras cosas porque ellos y otros pocos, ni quieren, ni les interesa, ni les cunde enterarse.
Y en mayor medida, por motejar ya de paso como «antipatrióticos» (en modo subliminal) a los que reclaman mas control del delito, más justicia, mas equilibrado reparto de austeridades, y menos ladrón instalado en la bipartidista poltrona, por el bien de los que habitan la patria de a pie.

Que el regulador desregulado y supervisor sin supervisar pontifica el patriotismo mejor vigilando el delito y recortándose el sueldo cuando falla en su control, parece sensato y exigible, señor gobernador del Banco de España.

Y es que patria, mientras no se demuestre lo contrario o viajemos low cost a Marte, somos todos, incluidos los «afrancesados» de otros tiempos (Goya, Moratín, o José Marchena) y los antisistema de ahora también, que para mi que no solo se preocupan honradamente por su patria, sino que tienen más razón que un santo, vistos los delitos desvelados cada día y los despistes de firma y control de tanto patriota «oficial» y castizo. Incluidas infantas y manolas.

O dicho de otro modo, si hemos de entender por patriotismo el bien común, este no equivale a vender la patria a las multinacionales y los plutócratas, ni consiste en timar al personal aprovechando el embozo del trono, ni el arco del triunfo está en una puerta giratoria, ni el interés de todos equivale exactamente al privilegio de unos pocos, ni se cuida la patria mirando para otro lado cuando la asaltan y la vacían los cacos y la Troika.

Hay que estar muy distraído o pensar que somos tontos, para confundir la patria con la propia cartera.

Publicado el 11 abril, 2015 en Artículos y etiquetado en , , , , , , . Guarda el enlace permanente. 1 comentario.

  1. …y mira que la muerte es fea,,

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